Cuando
se habla del tratamiento de
la dislexia generalmente se piensa en
fichas de lateralidad, orientación espacial, grafomotricidad, orientación
temporal, seriaciones, etc....
Sin
embargo no está demostrado que todo esto sea necesariamente previo al
aprendizaje de la lectoescritura ni "conditio sine qua non" para
poder avanzar y recuperar las
dificultades disléxicas. Lo que
fundamentalmente se recomienda es
el "sobreaprendizaje". Volver
a aprender la lectoescritura,
pero adecuando el ritmo a las posibilidades del niño, trabajando siempre con el
principio rector del aprendizaje sin errores,
propiciando los éxitos desde el principio y a cada paso del trabajo de sobreaprendizaje. Se
trata de hacer el reaprendizaje correcto de las técnicas lecto-escritoras,
haciéndolas agradables y útiles para el niño, propiciando el éxito, en lugar del fracaso que está
acostumbrado a cosechar.
Las
colecciones de fichas parecen útiles como trabajo de apoyo y complementación
de la tarea principal, para variar
las tareas y que no sean demasiado idénticas a las del aula, así como para trabajar determinados aspectos en
los que algún niño debe incidir
especialmente.
En
la situación del aula se
pueden dar las siguientes sugerencias específicas:
1.
Haga saber al niño que se interesa por él y que desea ayudarle. Él se siente
inseguro y preocupado por las reacciones del profesor.
2.
Establezca criterios para su trabajo
en términos concretos que él pueda entender, sabiendo que realizar un trabajo sin errores puede quedar fuera de sus posibilidades.
Evalúar sus progresos en comparación con él mismo, con su nivel inicial, no con
el nivel de los demás en sus áreas deficitarias. Ayúdarlo en los trabajos en
las áreas que necesita mejorar.
3.
Darle atención individualizada
siempre que sea posible. Hágale saber que puede preguntar sobre lo que no comprenda.
4.
Asegúrese de que entiende las tareas, pues a menudo no las comprenderá. Divide
las lecciones en partes y comprueba , paso a paso, que las comprende ¡Un
disléxico no es tonto! Puede comprender
muy bien las instrucciones verbales .
5.
La información nueva, debe
repetírsela más de una vez, debido
a su problema de distracción, memoria
a corto plazo y a veces escasa capacidad
de atención.
7.
Necesitará ayuda para relacionar
los conceptos nuevos con la experiencia previa.
8.
Darle tiempo: para organizar
sus pensamientos, para terminar
su trabajo. Si no hay apremios de tiempo
estará menos nervioso y en
mejores condiciones para mostrarle sus conocimientos. En especial para copiar de la pizarra y tomar apuntes.
9.
Alguien puede ayudarlo
leyéndole el material de
estudio y en especial los exámenes. Muchos disléxicos compensan los primeros
años por el esfuerzo de unos padres pacientes y comprensivos en leerles y
repasarles las lecciones oralmente.
Si
lee para obtener información o para practicar,
tiene que hacerlo en libros que estén al nivel de su aptitud lectora en cada momento.
Tiene
una dificultad tan real como un niño ciego, del que no se espera que obtenga información de un texto
escrito normal. Algunos niños pueden leer un pasaje correctamente en voz alta,
y aún así no comprender el
significado del texto.
10.
Evitar la corrección
sistemática de todos los errores en su escritura. Hacerle notar aquellos sobre
los que se está trabajando en cada momento.
11.
Si es posible hacerle exámenes orales, evitando las dificultades que le suponen
su mala lectura, escritura y capacidad
organizativa.
12.
Tener en cuenta que le llevará
más tiempo hacer las tareas para
casa que a los demás alumnos de la clase. Se cansa más que los demás.
Procurarle un trabajo más ligero
y más breve. No aumentar su frustración
y rechazo.
13.
Es fundamental hacer observaciones positivas sobre su trabajo, sin dejar de
señale aquello en lo que necesita mejorar
y está más a su alcance. Hay que elogiarlos y alentarlos siempre que sea
posible.
14.
Es fundamental ser consciente
de la necesidad que tiene de
que se desarrolle su autoestima. Hay que darles oportunidades de que hagan
aportaciones a la clase. Evite compararle con otros alumnos en términos
negativos ( así es como a veces se consigue que se conviertan en
caracteriales). No hacer jamás chistes sobre sus dificultades. No hacerle leer
en voz alta en público contra su
voluntad. Es una buena medida el
encontrar algo en que el niño
sea especialmente bueno y desarrollar
su autoestima mediante el estímulo y el éxito.
15.
Hay que considerar la posibilidad, como se ha dicho antes, de evaluarlo con
respecto a sus propios esfuerzos y logros, en vez de avaluarlo respecto de los
otros alumnos de la clase.El sentimiento
de obtener éxito lleva al
éxito. El fracaso conduce al fracaso.
16.
Permitir que aprenda de la manera
que le sea posible, con los instrumentos alternativos a la lectura y escritura que estén a nuestro alcance: calculadoras,
magnetófonos, tablas de datos...
En
nuestro sistema educativo se da por
supuesto que la responsabilidad de la enseñanza recae sobre el profesor más que
sobre los padres. En el caso de los niños disléxicos, suele recaer sobre el especialista
(psicólogo, pedagogo, profesor especializado). Este énfasis en la labor del profesor
no es adecuado por cuanto los
padres pueden ser y de hecho son en ocasiones por propia iniciativa, una fuente de ayuda importante para sus
hijos.
El
papel más importante que tienen que cumplir
los padres de niños disléxicos quizás sea el de apoyo emocional y social. El
niño debe saber que sus padres comprenden la naturaleza de sus problemas de
aprendizaje. Esto requerirá frecuentemente el tener que dar al niño algún tipo
de explicación acerca de sus
dificultades disléxicas. El mensaje
importante que hay que comunicar
es que todos los saben que el niño no es tonto y que quizá ha tenido que
esforzarse mucho más en su trabajo
para alcanzar su nivel actual de lectura y escritura.
También
es importante comunicarle que se le seguirá queriendo, aunque no pueda ir
especialmente bien en el colegio. Hay que evitar que la ansiedad de los padres aumente
los problemas del niño, aumentando su ansiedad y preocupación generando
dificultades emocionales secundarias.
El apoyo familiar es fundamental en el tratamiento de la
dislexia esta afección, la motivación en casa es
imprescindible, así como el alentarlos a desarrollar otras actividades que les
proporcionen confianza en sí mismos, como deportes, artes plásticas, hobbies,
arte dramático, etc.
Los
padres (y todos los que se relacionan con él o ella) deben dejar muy claro al
niño que puede tener éxito, ya que si el niño "sabe" que no puede
tener éxito, porque así se lo hacen sentir
las personas importantes de su entorno, el niño tiene miedo a intentarlo y
fracasar, sin apenas darse
cuenta. Esto complica la tarea del especialista.
El
éxito puede implicar una considerable cantidad de trabajo, pero se le
hace ver que se comprende su problema y él va a recibir una ayuda específica con
el fin de que pueda superarlo.
Irónicamente,
son a veces los padres que han tenido
dificultades similares y que han sufrido mucho en la escuela son los que tienden a ejercer una presión mayor,
consiguiendo un fin diametralmente opuesto
al pretendido. Conviene que admitan su preocupación y compartir con el niño los
problemas que tuvieron. Esto le hace al niño sentirse más normal .
Es
totalmente inadecuado e inútil comparar
en sentido desfavorable al niño
disléxico con un niño sin problemas. Esto sucede especialmente si el niño que
va bien en el colegio es más pequeño que el que tiene el
problema. Conviene recordar que ambos son distintos y que el disléxico tiene
sus cualidades. La rivalidades fomentadas entre hermanos pueden acabar mal..
Los padres pueden tener en ocasiones un papel
directo de educar. Esto depende en buena medida del tipo de relación que haya entre padres e
hijos. A veces es completamente imposible
y hasta desaconsejable que los padres ayuden a sus hijos. La situación se torna en ocasiones
en tan cargada de ansiedad que
los padres o el niño pierden la calma, se enfadan y las condiciones de un
aprendizaje con éxito y de refuerzo
positivo sistemático, se vuelven inalcanzables.
Es
importante desarrollar la autoestima a todo los niveles.
Puede hacerse dispensando al niño consideración positiva
incondicional, en especial cuando
se siente decaído o fracasado. Es fundamental evaluarlo con su propio nivel,
esfuerzo y rendimiento. La dificultad es no pasar a la sobreprotección Pero la
guía es tener clara la escala de valores
en la que se desenvuelve el niño, la situación de partida, el
esfuerzo realizado.
Otra
cosa a tener en cuenta son las
dificultades prácticas asociadas con la dislexia: confusiones con las horas del
día, equivocaciones respecto del lugar donde se colocan las cosas, tendencia al desorden,, torpeza en ocasiones, dificultad
en el cumplimiento de las instrucciones ( sino se le dan muy claras y concretas
y se aseguran de que las haya comprendido). Todo esto exige una buena dosis de
paciencia, pero es tan importante como comprender las dificultades
mismas del aprendizaje del lenguaje escrito.
Hasta
el momento no existen estudios validados que reporten que una metodología o un
período de duración de un tratamiento sean mejor que otros. Sin embargo se
puede determinar que la recuperación de niños disléxicos disminuye con la edad
de detección.
Se pueden desarrollar otras estrategias de
lectura que contribuirán al desarrollo de la expresión oral y la comprensión
lectora: vocabulario de lectura, memoria de trabajo, conceptualización, lectura
por golpe de vista –fijaciones- y hábitos lectores.
Esta herramienta de trabajo se deberá complementar con actividades de lectura de textos donde se trabajen conductas lectoras, se estimule el placer por la lectura y se promueva la escritura.
Esta herramienta de trabajo se deberá complementar con actividades de lectura de textos donde se trabajen conductas lectoras, se estimule el placer por la lectura y se promueva la escritura.
El
aspecto reeducativo se traduce en el reconocimiento de las letras a
través de distintas técnicas, gestos y ejercicios de giros o lateralidad,
dirigidos a mejorar sus destrezas
Los maestros son una pieza clave en el
desarrollo del niño disléxico.
Sin duda es necesario cambiar la metodología de enseñanza para que el
menor se sienta mas tranquilo, libre de presiones. Los exámenes orales son
recomendables antes que los escritos donde se mide claramente los resultados
con una calificación
Las terapias psicológicas son dirigidas a niños que
tienen el trastorno durante mucho tiempo, en un nivel bastante grave o que
tiene problemas
de integración en la escuela que dificultan su
recuperación, también conflictos con los padres o una situación conflictiva
anterior ocasionan la dislexia.
Los padres están incluidos dentro del
tratamiento.
Ellos tienen la responsabilidad de ayudarlos a realizar las tareas o los
ejercicios. Se necesita una cuota de paciencia y comprensión pero también
confianza. Prueba leyendo textos para luego iniciar el diálogo con algunas
preguntas, así mismo los juegos de observación o atención serán beneficiosos.
Es
posible eliminar los problemas de lectura y escritura causados por la dislexia
mediante un tratamiento adecuado, que consiste en el reaprendizaje, es decir,
volver a enseñar al afectado a leer y a escribir, pero a un ritmo adecuado para
sus posibilidades. Asimismo, conviene que esta actividad se haga de la manera
más amena y alegre posible, motivando al niño mediante la exaltación de sus
éxitos y, nunca, castigando los errores.
Asimismo,
es necesario repetir al niño las cosas todas las veces que sea necesario, para
lo cual se requiere de una gran paciencia y constancia. Además, es conveniente
que el afectado reciba el tratamiento de forma individualizada siempre que sea
posible. Por último, hay que resaltar la importancia de la práctica y la
inconveniencia de corregir todos los errores cometidos de forma repetida, ya
que con ello se fomenta la baja autoestima del niño.
Perspectiva
positiva.- Aunque la mayor parte de los estudios hablan de la dislexia como una
patología, hay que destacar la teoría que afirma que la causa de este fenómeno
se encuentra en un talento especial derivado de las mismas funciones mentales
que impiden leer o escribir con normalidad. Así, esta perspectiva asegura que
la dislexia es una habilidad natural que proporciona a la persona especiales
facultades en diferentes campos de la vida.
Para
el tratamiento de este trastorno, se requiere de un profesor especializado, que
enseñe estrategias especiales para el aprendizaje de la lectura.
Se
recomienda el sobreaprendizaje, volver a aprender la lecto-ecritura, de una
forma adecuada a las posibilidades del niño, trabajando con el principio rector
del aprendizaje sin errores, o sea re aprender las técnicas de lecto-escritura
de un modo agradable y útil para el niño, cosechando el éxito y no el usual
fracaso.
El
empleo de fichas de apoyo es útil como complemento, para variar un poco el
trabajo escolar, y para trabajar aquellas áreas que un niño pueda necesitar en
especial.
Estimulación
de procesos cognitivos - verbales:
·
Conciencia fonológica
·
Memoria y percepción fonémica
·
Procesamiento fonémico
·
Dominio fonológico
·
Reconocimiento visual de segmentos
·
Reconocimiento morfémico de secuencias
·
Reconocimiento visual de signos ortográficos
·
Asociación secuencial visual -verbal
·
Memoria ortográfica(configuración gráfica de la palabra cómo se escribe)
·
Atención selectiva a claves ortográficas(significado)
·
Memoria verbal inmediata
·
Abstracción verbal
·
Categorización · Nominación
·
Memoria de secuencias de series verbales
La
dislexia puede superarse cuando está correctamente diagnosticada y se la trata
con paciencia y fuerza de voluntad. Las dificultades en la educación suelen ser
el resultado de un diagnóstico equivocado y la consiguiente frustración del
niño al sentirse incapaz. Busque las áreas en las que el niño se destaca y
ponga el énfasis en ellas.
Un
niño puede tener problemas para leer, pero ser un genio en matemáticas, música,
u otros campos. Los ordenadores son herramientas de aprendizaje especialmente
útiles para los niños que tienen dislexia, ya que permiten desarrollar
habilidades para escribir que de otra manera no se podrían lograr. Muchos niños
disléxicos son capaces de compensar sus desventajas con relativa facilidad; sin
embargo, suelen tener más dificultades para superar el problema emocional de
sentirse incapaces.
.
Con aplicación y técnicas especiales la mayoría de los niños con dislexia
pueden disfrutar de la lectura y leer bien. Los disléxicos van a cometer
siempre muchos errores al escribir, pero pueden leer normalmente e incluso por
encima del nivel promedio. Una máquina de escribir o una computadora pueden
ayudarlos a mejorar su escritura. Muchas escuelas ofrecen la alternativa de
exámenes orales para los niños con dislexia.